Nos trasladamos a Taiji, Japón. De buenas a primeras es un paisaje de lo más exótico y dado a la cultura que podría ser denominada neotradicional, ya que la entrada en el progreso tecnológico fue tardía pero no por ello sin éxito, todo lo contrario, mas han conservado muchas tradiciones, en especial en las vestimentas, hábitos, etc.
Bonito... ¿verdad? Y que os parece el siguiente paisaje:
Pues es el mismo lugar en diferente época del año. En Taiji, uno de los motores económicos locales se basa en la caza de delfines, que además de dejar estos escenarios a los cuales prefiero no adjudicar un adjetivo, la carne vendida no puede ser comestible por la suma de mercurio que conlleva, es decir, ¿finalidad? ¿violencia gratuíta? 7 meses con este paisaje, desde septiembre hasta abril. 7 meses año tras año matando a estos simpáticos semejantes, sí, no me equivoco, semejantes ya que ellos también tienen sentimientos, sienten igual que nosotros y piensan. Si alguien que esté leyendo esto tiene alguna mascota sabrá perfectamente de que hablo. No hay derecho a esta crueldad a la que me opongo poner algún medio visual en este blog.
No servirá de nada, pero, aún así, si este post te llega a la pantalla de tu ordenador, espero que no te deje indiferente.