Así es como empieza el poema de Rosalía de Castro.
Hoy por suerte o por desgracia a Barcelona han llegado malas noticias gracias a las nuevas tecnologías. Por suerte, por poder estar en contacto con aquéllo a lo que quieres, por desgracia porque en la esfera del profano se es más feliz.
Aún así, la información ha llegado, aquéllos lugares en los que he sido tan feliz, poco a poco se están reduciendo a cenizas, y lo más triste, no poder saber el alcance, ni el fin.
Ayer en la televisión ví las noticias de un incendio en el concello de Baños de Molgas, un lugar bien conocido por mi parte, muy cercano en mis veranos.
Hoy la noticia ha llegado a más, el mismo incendio ha llegado a la aldea de Castro de Escuadro, es decir, el incendio ha avanzado unos 10 ó 12 kilómetros, y por una llamada la esperanza va menguando. El fuego ha bajado casi hasta la sierra, llegando a Xinzo da Costa, del Concello de Maceda y con dirección indecisa.
Las brigadas no son suficientes, ¿será causa de la crisis? estamos ante un pez que se muerde la cola, ya que los recursos que está arrasando el fuego son inimaginables. Un lugar rural, virgen prácticamente a la mano del hombre.
¿Incendio intencionado? Desconocido... Poco a poco la mano del hombre se carga el planeta.
Y es que el hombre desde su historia entiende por progreso corrupción. Alejándonos un poco tanto en espacio y tiempo, podemos recordar los motores de la Revolución Meiji, en Japón. Un país que hasta mitades del siglo XIX vivía en una profunda época feudal congelada des de hacía siglos, hasta que llegaron los occidentales con sus tropas y corrumpieron a un espíritu arcaico imponiendo sus tratados comerciales a la fuerza.
¿Es este el legado que queremos dejar a las siguientes generaciones? El hombre es un lobo para el hombre. La famosa frase de Hobbes no queda absoleta.
Debemos añadir el calentamiento global, el cuál no permite las lluvias propias de la temporada y dificulta el control del fuego.
¿Qué mundo estamos dejando? Aunque este es un tema que me ha sensibilizado hoy más que nunca dado la cercanía, pero es algo que no debemos olvidar en ningún momento.
¿Seísmos en Lorca? Igual nos tenemos que estar planteando lo que hace el hombre en el planeta. ¿Grandes máquinas bajo tierra? ¿No tendrán nada que ver?
Y aunque no tenga el mismo objeto que la intención de Rosalía, esta primera estrofa queda más que bien en este contexto. ¿Volveré a ver aquéllos lugares donde se ha podido ser tan feliz?
ADIÓS VISTA DOS MEUS OLLOS NON SEI CANDO NOS VEREMOS
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