miércoles, 6 de febrero de 2013

Mitos de camino al inframundo

Hace un día publiqué un post en Musica2day, una rama de este proyecto en la cual pretendo capturar mensajes de canciones que pueden ser extrapolados en la vida, creando así la banda sonora de una vida.

Hoy en día, no somos tan diferentes: los libros de autoayuda cada vez son más exitosos debido a que cada vez la humanidad se vuelve más helinista y narcisista, no puede ver más allá de sus narices, así como Narciso cayendo en su reflejo.

Es sano exponer las sensaciones, los sentimientos... de ahí que haya tanta demanda de psicólogos, psicoanalístas, psiquiátras...


Cada vez nos metemos en más caminos sin salida de los cuales no podemos salir por nosotros mismos.

Unas líneas antes, he escrito que todo el mundo es igual, no en todos los sentidos: de piel para adentro todos tenemos los mismos organismos (con alguna excepción), todos tenemos un corazón, unos pulmones, un aparato digestivo que hace que todos acabemos defecando... en fin, anatómicamente somos iguales, pero de epidermis hacia fuera ya no, y la justicia manifiesta esta desigualdad.

Durante estos dos años estamos viendo casos de corrupción y enchufismo político, cada vez más pronunciado. Sentencias en los medios que el sentido común no es capaz de digerir. Casos como Marta del Castillo, Caso Malaya, Fundación Nóos... cada una con algo que no cuadra. En el caso de Marta resulta que uno de los procesados tiene una relación con un cargo político de gran peso en Andalucía, el caso Malaya las sentencias no fueron cumplidas, y seguramente que si no fuera por parte de políticos no hubieran habido preferencias. Por último el caso Nóos donde no han procesado a todos los implicados, cada prueba que aparece sale otra apartando a la casa Real de los juzgados. No hay nada como tener un nombre y un lugar, ya que la gente de a pie... ya lo decían en sus inicios que el Código Civil era el derecho de los ricos y el Penal de los pobres.

He tenido un tropiezo con la justicia, o más bien con la injusticia, por culpa de un error de ocho años que en lugar de asumir sus actos intenta salpicarlos a los demás, y para él el fin justifica los medios, a pesar de que haya de pisar a gente que ha formado parte de su vida, aunque tenga que vender a su familia... el caso es salir airoso y con la gente que tiene confianza... ¿qué más da? le perdonan igual. Suerte que salí de ese rol.

En fin, uno de los motivos del post es que he probado en primera persona la injusticia, como a la gente de a pie no se le escucha. Hace unos meses cuando salí de un error tropecé con otro y enlazando ambos errores con un tercer error, que aunque fuera de mi alcance, ambos se unieron para encarrilar una rabia y un odio carentes de cimientos, alguien se equivocó en quién confiar y en no saber a quién escuchar. A día de hoy no es mi problema, dicen que a cada cerdo le llega su San Martín, así que tal y como he hecho estos últimos meses ese "problema-error" esta fuera de mi vida.

¿Qué ha ocurrido? El "problema-error" ha pasado por la (in)justicia y dado que el "problema-error" tiene su cargo en un municipio del Llobregat como secretario en una Concejalía (es decir, funcionario público) hizo una denuncia en el mismo municipio. Dicho sujeto tiene contactos en un partido político donde milita, al que pertenece desde hace años y tiene relación con alcaldes y otros altos cargos. La sentencia se centró en la denuncia que el actor realizó, en su declaración y en su testigo, mientras que las declaraciones de la parte acusada (ella misma, un psiquiátra, abogado y testigo) fueron omitidas. La sentencia se recurrió, pero dado al gran volumen de trabajo que hay por los juzgados ha sido reimprimida sin mirada alguna al recurso.

¿Conclusión? No existe justicia y no es nuevo, simplemente que al vivirlo en primera persona hace reflexionar, aprender, y a desilusionarse. ¿Seguir estudiando derecho? ¿Para qué? No quiero convertirme en los mismos que me han discriminado por el hecho de enfrentarme a alguien del gremio de los empleados públicos. Hay algo que se llama carma, destino... un concepto difuso, que si actualmente estubiera en el otro lado, aunque no creyera tendría miedo, miedo a que algo de esto un día, si es que existe, me dará un revés en la vida por no haber jugado limpio.

Para mí me ha servido para poner un punto y final y olvidar los puntos y apartes. Página chapada. Tengo un camino por delante y no pinta nada mal, aunque todavía hay que pintarlo.

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