Después de la calma de las playas menorquinas y cristalinas, donde cada rincón son perfectamente trocitos de sueños, y lugares únicos y exclusivos para olvidar la vida diaria y descubrir, y/o, redescubrir que la calma existe fuera del estrés de la rutina y fuera de las ciudades cosmopolitas.
Después de descubrir mundo pendiente por descubrir, cuidades distintas a la del día a día, costumbres distintas, culturas diferentes, llegar a poder ser facil de impresionar dada la novedad que presenta el destino...
Y descubriendo todavía más rincones y las maravillas que ofrece la naturaleza, ya que lo mejor de todo, no tiene por que estar construido por el hombre, siendo la mayoría de veces todo lo contrario.
Tener la sensación de vivir dentro de una película, pasear por la calle y pensar que nada es nuevo a la vez de no dejar de impresionar. Sentirse la protagonista de la película, y conocer la capital del mundo.
Después de todo esto, las vacaciones casi llegan a su fin, pero todavía queda más:
Revivir infancias, y ver que hay lugares donde el transcurso del tiempo es prácticamente inexistente.
Cada lugar merece menciones específicas, pero el tiempo no ofrece la posibilidad de hacerlas, por lo que me tendré que conformar haciendo pequeñas menciones, y a lo largo de este mes espero y deseo poder desarrollarlas.
Que viajes tan geniales!
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