lunes, 3 de septiembre de 2012

Un año turbulento parece quedar atrás


Es curioso como un prefijo o un sufijo puede cambiar el significado de una palabra. En la vida ocurre de la misma manera, el cambio más insignificante puede condicionar el resto del camino.

El 2011 fue un gran año, a priori, por supuesto, fue un año en que los sueños se hicieron realidad, tanto como los que sueño dormida como los que sueño despierta, siendo estos últimos aquéllos a los que más valor doy dado que están llenos de ilusión y optimismo traduciéndose en ganas de vivir y de seguir adelante.

Pero todo lo que sube, baja, encontrándote y reencontrándote con fantasmas a los que pensabas que nunca más en la vida los volverías a ver, de los cuales no vienen solos, y sentías que habían desaparecido para siempre en tu camino allá atrás. Te das cuenta que sólo ganaste una batalla, pero no la guerra contra ellos.

En octubre sufrí un punto de inflexión, un camino que partía de una función exponencial se había convertido en una parábola de signo negativo, en que había llegado a la cima de la función de segundo grado, incluso llegándome a plantear la discontinuidad de ésta, pero no podía ser, ya que el camino de la vida es una función continua, no monótona y por trozos. En fin, había llegado al punto en que haciendo la derivada del camino de mi vida era 0, y si hacía una segunda derivada se convertía en signo negativo.

Para empezar, a una de las personas a la que más he querido y quiero, la que más quería desde el momento de mi concepción, pensé que la perdía, que me quedaban semanas, días para poder estar a su lado, y el fantasma del miedo me empezó a seguir, cada día más grande que el anterior. No podía ser, aquélla persona que siempre había estado a mi lado, aquélla persona que ha trasnochado sólo por mi bienestar, prácticamente la única persona que me ha dado amor incondicional de manera gratuita estaba a punto de perderla, sin poder imaginarme un segundo la vida sin ella. Los días de otoño se volvieron gélidos días de un invierno vacío e incoloro.

El invierno siguió como un tiempo de trance, en que había perdido mi lugar e intentaba encontrar uno nuevo, un mundo más allá de mi esfera, y lo conseguí, pero al igual que dentro de un mundo hay cosas buenas y malas, fuera también, y escarmenté de no fiarme de la primera persona que conozco, aunque fueron necesarios dos meses para abrir los ojos y ver que lo que yo creía que era la luz del sol era realmente como las luces de alcohol, una vez termina, es a llama no vuelve a existir. Me refiero a una especie de iluminación artificial, sin más, tanto artificial como efímera, en la que me sentía como un girasol siguiendo esta nueva luz que al fin y al cabo no era más que un camino hacia una especie de tinieblas en las cuales me quedé como si hubiera tenido un castigo.

Pero la vida sigue, y ésta, además de malas épocas también te trae buenas, y a mí, me ha traído a una de las mejores personas del mundo.

Parece mentira como una persona puede cambiarte la vida en una brevedad de tiempo, cuando una noche comentas con una de tus mejores amigas “no me volveré a enamorar” al día siguiente aparece la persona por la cual me levanto cada día sin dejar de soñar, convirtiendo la realidad más placentera que los sueños, y es que dicen que la vida da muchas vueltas pero hasta llegar a este punto no lo habría esperado nunca.

Los males nunca vienen solos, pero los bienes tampoco, aunque a veces exista la impresión de que el universo está en nuestra contra, pero siempre existe algún tipo de fuerza que nos ayuda a tirar hacia adelante.

En fin, a diez días de acabar este curso que ojalá en la vida se vuelva a repetir, ni para mí ni para nadie, aunque debo agradecer que la vida este año me ha enseñado mucho más que todos los años que llevo estudiando, hay maneras y maneras de aprender, y ésta no es la más adecuada, aunque también se debe admitir que nunca se puede escoger de qué manera te puede enseñar la vida.

Esperando un nuevo año con ilusión. A parte de nuestra vida, existe toda una unión de unidades de éstas, lo cual hace que por mucho que algo cambie, todo lo demás sigue igual, aunque los sentimientos cambien subjetivamente, no desaparecen de manera objetiva. Un año más tarde me vuelvo a encontrar, y todo te lo debo a tí, gracias por cruzarte en mi vida, y espero que podamos compartirla por mucho tiempo.
En cuanto a tí, tienes la web de Music2day dedicado única y exclusivamente para tí.

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