lunes, 7 de mayo de 2012

Musicoterápia

Aunque de música no entiendo todo lo que me gustaría entender, de hecho, no entiendo casi nada, creo que a medida que pasa el tiempo la músca va formando parte de nuestra vida, y ella nos puede hacer recordar los momentos más amargos hasta hacernos saltar una lágrima hasta venir a la mente esos momentos que te hacen sonreir en cualquier momento.

La música puede decir más que las palabras, que las imagenes, y lo mejor de todo, puede hacer volar la imaginación de maneras incontrolables.


De hecho, yo como estudiante, la música es una de mis técnicas de estudio, en el sentido de escuchar un trabajo con cada asignatura y una vez en el examen recordar aquélla música con la que estaba estudiando e ir recordando la lectura que estaba leyendo mientras escuchaba aquéllas canciones.

En fin, la música recuerda momentos, e incluso los momentos se pueden comparar con las canciones, y he aquí donde empieza esta historia, una historia en la cual la música la he tenido presente en todo momento, ya sea por nuevas costumbres como ver a alguien colgar canciones cada domingo en redes sociales, o bien por momentos en algun coche un fin de semana extraordinario el cual siempre recordaré con la canción de "Someone like you", en que la primera vez que la escuché fue de camino a la uni un domingo para estudiar análisis económico y financiero, y volvió aparecer en mi vida de manera de la forma más discreta posible, con el "Nevermind, I'll find someone like you. I wish nothing but the best for you too. Don't forget, I beg, I remember you said: Sometimes it lasts in love but sometimes it hurts instead". Así empezó todo, predecida por la canción de "Deseos de cosas imposibles" en que me hice propia "prometo llamarle amor mío al primero que no me haga daño", y precisamente no es la primera vez que me la aplico, hace ya 9 años, en una época "superpúber" ya me hizo estremecer esta canción, sumando además que la razón ganaba al corazón. Y con esta filosofía conocí a Adele.

Pasaron los días, semanas... y el repertorio de canciones iba dilatando las sensaciones, incluso a magnificarlas, tal y como dijo Alejandro Sanz, "después de la tormenta siempre llega la calma", y así fue, continuando con Shakira "un día después de la tormenta, cuando menos piensas sale el sol". Salió el sol.


Y ahora es cuando me viene la canción de "In my life" de The Beatles, una de mis preferidas, que esta si que la voy a poner por este motivo.

Y es que como dicen los británicos de Liverpool:
There are places I'll remember
All my life though some have changed
Some forever not for better
Some have gone and some remain
All these places had their moments
With lovers and friends I still can recall
Some are dead and some are living
In my life I've loved them all

Será ley de vida, en fin, como dice Freddy Mercury (o decía) y Queen "Show must go on", y se adopta una actitud predecida por Antonio Flores y recordada posteriormente por su hermana menor Rosario en que "prometo ver la alegría y escarmentar de la experiencia, pero nunca, nunca más usar la violencia". Escarmentar de la experiencia, tiene su chiste... y de ahí nos vamos a Alejandro Sanz, canción del álbum El Tren de los Momentos: "A la primera persona", ya que encontré a esa primera persona que me ayudó a comprender, por lo que quise entregarle mi tiempo y mi fe, sin pretender que las cosas siempre salgan bien, encontré a la persona que me ayudó salir del infierno que yo misma decidí vivir, y la cabeza se iba levantando, pero cada vez era con dosis menores, era tanto lo que bebía, pero seguía teniendo sed, creando una especie de dependencia para salir de mi infierno, pero como dice "Cómplices": "Nada es para Siempre".

Después de algo más de un mes en que mi sed iba incrementando me vino en un momento de estudio la canción de Amaia Montero, en que mi cabeza más alta de lo habitual quería conjugar el verbo puedo, quería ser el verbo puedo, y palabras textuales de Amaia "quiero saber que dormiré a la verita tuya", una y otra vez iba conectando con un abanico de sentimientos relacionados con una especie de amor propio como "quiero perder el miedo... caminar cerca del mar, amarradita siempre a tu cintura", en fin... como dice Serrat parafraseando a Machado "caminante no hay camino se hace camino al adar", y haciendo camino fui conjugando el verbo puedo, y es que como dijo Cervantes, "hay quien aparece de la nada y se convierten en un todo".

El amor propio iba in crescendo, y mi sonrisa, como la de Ana Torroja me animaba los días, en que sentía que nada ni nadie podía hacer que me derrumbara, que temblara el suelo que allá iba yo, pisando fuerte y sin reloj; tenía todo el tiempo que había perdido sin ver el sol y no quería dejar nada por sentir, creía que ya sabía quién era yo.

El sol se iba poniendo y llegó a mis oídos una buena canción "Dust in the wind" de Kansas: "I close my eyes only for a moment and the moments gone", intentando recordar momentos que se encontraban ya en un pasado e intentando volverlos a repetir sin éxito alguno, todo quedó como polvo en el viento, además de recordar la primera frase de "en polvo somos y en polvo nos convertiremos". ¿Los momentos también?

A medida que la noche empezaba a caer, una canción me hizo recordar una historia pasada, no sé si sobreponiéndose o cruzándose, "Sense adonar-me" de Sergio Dalma, canción que hizo a mi corazón recordar momentos a mi razón, ya que como dijo Tolstoi "La razón no me ha enseñado nada, todo lo que sé me ha sido dado por el corazón", y recordando los últimos momentos de un antiguo amor iba escuchando la melodía del sabadellense mi corazón se encogió con la letra "Quan et vaig mirar un gran món vaig crear" ... "voldria caminar sabent que m'esperes"; y por no hablar del estribillo:
"Sense adonar-me tot allò que em vas donar avui acabarà al fons de l'abisme, convertint en un defecte tot allò que era perfecte", y es que como dicen los catalanes, "just a la fusta", una semana Vía Dalma me hizo saber que del amor nunca sabré y tampoco sé si algún día supe. Iba apareciendo gente en mi vida, pero no sé si era por despecho o por un pasatiempo.

La dependencia iba descendiendo, pero a la vez que mi autoestima, queriéndome apropiarme de la idea de Lenon:


 Pero a medida que pasa el tiempo se me hace más cuesta arriba, ¿Con quién compartir alegrías? ¿Y las tristezas? ¿Un hombro para los malos momentos? ¿Los abrazos llenos de vitalidad? Estaremos enteros, pero hay veces que es necesario exprimir la naranja y descargarla un poco.

Volvemos a Vía Dalma, canciones más que antiguas pero no por ello menos adaptables al curso de la vida, versioneada más de una vez, originaria de Fiordaliso "Yo no te pido la luna", y es que fue así, sólo quería envolverme en unos brazos sin que quedara espacio entre ambos cuerpos, ser el sabor de su boca y llenarme toda con su aroma, ser confidente de los momentos más íntimos y saber quién es el. Yo sólo quería aquéllos momentos, nada más. Pero sólo fue un pasatiempo.

A todo esto, el concierto de Laura Pausini también influyó, en las cuales destaco las canciones que más me pegan al momento: "El valor que no se ve" y "A simple vista", en encontrar la confianza, aquélla que se pierde cuando los fracasos son mayores que los triunfos y se vuelve a encontrar gracias a una persona que entra en la vida como de la nada.

Al fin y al cabo, Bunbury dice "Que las cosas cambian" hay que saber agradecer a pesar de lo vivido, a la vez que Presuntos Implicados "Cómo hemos cambiado" donde los besos quedan abandonados. Las cosas, las circunstancias, la gente, la amistad... todo cambia, todo fluye. Guardiola se nos va del Barça, el calor de mi corazón me abandona y la vida sigue, "Llega, llegó soledad" dejando un verso que recuerdo de un adiós.

Las cosas cambian, los intereses divergen... y mientras una parte está en echando de menos aquéllos momentos que se habían vivido créandose en la mente "La isla bonita" más que utópica, la otra está pensando en "Hang up" de Madonna.

Acaba la historia con Amaral, en que el sol desaparece, los días de verano acabaron, se puso el sol.
No quedan días de verano para pedirte perdón
para borrar del pasado el daño que te hice yo
Sin besos de despedida y sin palabras bonitas
...

Hay cosas que no se pueden controlar, y hay situaciones que se han ido de las manos, el verano acabó y no puedo pedir perdón. Tendré que esperar un tiempo para poder cerrar la herida. Dos historias cruzadas al margen de mi voluntad, hechos ajenos a mis objetivos y a mi alcance. El sol se ha puesto, es de noche.

Ahora toca dar paso a Héroes del Silencio, que parece ser que la noche es toda magia, esperando que un duende me invite a soñar, sólo espero que el duende no sea maldito XD
¿El porqué de la imagen? 2 simples motivos, cayó la noche, pero el día, más bien el amanecer de este día, me enseñó que hay veces en que los árboles no dejan ver el bosque.

¿Qué espero? Un nuevo amanecer...

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